No nos puede llegar
Estoy asombrado por la capacidad de nuestros gobernantes electos o no para decidir sobre nuestras pensiones, jubilaciones y ajustes de cinturón. Si compartimos el principio de igualdad de todos los españoles, no entiendo que con unos años los dirigentes de la patria se jubilen con grandes sueldos y otros deban cotizar tantos años y que, cuando han dejado o perdido el cargo, no vuelvan al que tenían con la misma igualdad que un electricista, un bombero o un ingeniero de caminos. Por eso hablo de asombro con los que cobran varios sueldos que nunca son incompatibles, que disponen de servicios fuera incluso de lo que podemos imaginar, que tienen casi todos sus gastos pagados por nosotros, que empezaron siendo cientos y después de tantas legislaturas ya son miles y llegarán a decenas de miles. Que sólo ni dan ejemplo, sino que se jactan de su gestión –muchas veces, mala-, de sobornos, blanqueo y expolio de dinero. Que lo mismo sirven para un puesto que para otro y muchos con unos estudios básicos. Por más que nos expriman no nos puede llegar. Que en la era de la globalización general y de los medios de comunicación no sean, los que tienen acceso a ellos, a los que el futuro puede reprochar lo poco que hicieron con el poder que tenían. Por favor, quitadnos el miedo, del asombro ya nos curaremos después. Alberto Llorente Urcullu. Las Arenas (Vizcaya)
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